martes, 8 de junio de 2010

¿¿¿¿Por qué no habrá más lobos y menos Caperucitas???

Esta es una historia que siempre que puedo les hago llegar a mis alumnos. Probablemente os suene, pero quizás muchos de vosotros nunca os la habéis planteado de este modo.

"El bosque era mi hogar. Allí vivía y me preocupaba por mantenerlo limpio y cuidado.

Un caluroso día, mientras estaba recogiendo desperdicios que unos campistas habían dejado, escuché unos pasos y pensando en que eran alguno de esos campistas me escondí detrás de un árbol. Entonces, vi que una niña venía por el sendero.

Llevaba una cesta y sospeché de ella por que iba vestida una forma cuanto menos ¡ extravagante! Llevaba una capa roja que le cubría la cabeza, como si no quisiera ser reconocida.

Fue tal la expectación que me causó que no pude resistirme a pararla y preguntarle quién era, de dónde venía y hacia donde se dirigía. Era una niña muy graciosa, e incluso me cantó y bailó una canción a cerca de que iba a casa de su abuelita con una cesta con comida.

Parecía una chica honesta, pero... no se debería permitir que una niña anduviese correteando y cantando sin advertirle las consecuencias que podría tener por ir sola por el bosque, así que la dejé seguir su camino pero me adelante para llegar a casa de su abuela con la intención de darle una lección.

Cuando vi a aquella agradable viejecita le expliqué la situación, y estuvo de acuerdo en que su nieta necesitaba aprender una lección. Accedió a permanecer fuera de la vista, hasta que yo le llamara. De hecho, se escondió debajo de la cama.

Cuando la niña llegó, le invité a entrar en la habitación, en la que yo estaba en la cama, vestido como su abuela. La niña se acercó, y dijo algo desagradable sobre mis grandes orejas. Me habían insultado antes, así que le dije que mis grandes orejas me ayudaban a oír mejor.

En realidad a mí me gustaba la niña y quería que prestase más atención a lo que decía. Pero hizo otro comentario insultante acerca de mis ojos saltones. ¿¡¡¿¿'Os podéis imaginar qué pensé acerca de esta niña?!? A mi que me había parecido tan agradable y estaba descubriendo que no lo era tanto...A pesar de todo, tengo la costumbre de poner la otra mejilla, y le dije que mis ojos me ayudaban a ver mejor.

Pero, su siguiente insulto me llegó al alma. Tengo el problema de tener los dientes grandes, y la pequeña niña, hizo un mal comentario sobre ellos. Sé que debería haberme controlado, pero me levanté, salté de la cama, y le grité que eran ¡¡¡para comerle mejor!!!

Seamos serios, ningún lobo se comería nunca a una niña, todo el mundo sabe eso, pero aquella niña loca, empezó a correr por la casa gritando, mientras yo la perseguía para calmarle. Me quite las ropas de la abuela, pero sólo conseguí empeorar la situación. De repente se abrió la puerta, y apareció un gran leñador con un hacha enorme. Le miré y me di cuenta de que estaba en un lío. Había una ventana abierta detrás de mí, y me fui.

Me gustaría decir, que todo terminó ahí. Pero la abuela nunca contó mi versión de la historia y en poco tiempo se corrió la voz de que yo era un tipo desagradable. Todo el mundo empezó a evitarme. Perdí a todos mis amigos. Me quedé solo.

No supe nada más de aquella niña con la caperuza roja, pero yo ya no viví feliz nunca más."

¿Por qué no nos ponemos en el lugar del otro? ¿Por qué juzgamos por las apariencias? ¿Por qué no reconocemos nuestros errores? ¿Por qué callamos ante las injusticias?

¿¿¿¿Por qué no habrá más lobos y menos Caperucitas???

1 comentario:

  1. Hola Maaaayyy!!!!
    Me encantan tus historias y tu forma de contarlas, siempre inteligentes, haciendonos pensar , haciendonos ponernos en el otro lado... ¿Caperucita o lobo?, siempre estamos expuestos a vivir en los dos lados, depende de la situación, yo lo sé bien...
    Un abrazo, y no dejes de escribir!!!

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