miércoles, 18 de agosto de 2010

Buscando lejos lo que tenemos cerca...

Día de fiesta. Ropa deportiva. Mochila al hombro y... ¡¡a caminar!!

Montevil, Viesques, La guía, La Providencia y... a partir de ahí la improvisación nos llevó a adentrarnos en el litoral gijones y llevarnos varias gratas sorpresas.

Senderos, donde se mezclaba un olor a brisa marina y eucalipto.
Acantilados de vértigo, que permitían escuchar el "bramar" de las olas al chocar contra las rocas.
Playas de aguas claras, donde cientos de bañistas se refrescaban, por que lo cierto es que hizo un día espectacular.

Por ello, no pudimos resistir la tentación. Descalzamos los playeros, nos pusimos el traje de baño y nos bañamos en la que a partir de ahora será mi playa favorita de Gijón, al menos...
¡¡hasta que conozca otra que me guste más!!

La playa de la Ñora. Una playa de arena, un poco gruesa para mi gusto, pero bastante limpia, con aguas claras y zona de rocas.

Después del baño en las aguas cantábricas, en las que hay que reconocer que al principio nos costó entrar, tocaba el correspondiente momento de "tostar" en la toalla antes de reiniciar el camino de vuelta a casa.

Esta vez, elegimos todo el paseo del litoral gijones disfrutando de las vistas a la Playa de la Ñora, Playa de Estaño, Playa de Serín, Playa de Peñarubia, el parque de la providencia... y así hasta llegar al rinconín donde nos esperaba nuestra recompensa: un enorme cucurucho de helado.

Agotados, pero satisfechos y planteándonos, algo que se puede aplicar a muchos ámbitos de nuestras vidas: ¿Por qué, muchas veces, buscamos lejos lo que tenemos cerca?


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