lunes, 23 de agosto de 2010

¡¡¡Salvada del Sálvame!!!

El pasado viernes nos "embarcamos" en un viaje que acabó siendo toda una experiencia.

Subimos en el autobús, que tras recoger a un montón de mujeres y algún que otro hombre (luego dicen que a ellos no les interesa este tipo de programas... jeje!!) y partimos rumbo a "los madriles".

Parada rápida en el hotel, para cambio de ropa y proceso de chapa y pintura, y después directos a T5.

DNI en mano, nos hacen guardar cola igual que cuando íbamos al colegio. Pasan tu bolso por la cinta (en busca de posibles objetos "no permitidos") y nos hacen pasar bajo el arco-detector de metales.
Acto seguido te dan una bolsa con una botella de agua, una pieza de fruta, un bocadillo con 3 lonchas finitas de jamón serrano (empapizaba tanto, que hasta te entraba el hipo!!). Tienes 10-15 minutos para comértelo o si no tendrás que aprovechar los descansos para ir dándole bocaditos... (mezcla perfecta para los que tienen dentadura postiza: pan duro + poco tiempo. Digo esto, por que a alguno le oí quejarse jajajaja!!!)

Una vez que acabamos el bocata nos llevan por lo que parece ser el "backstage" de T5 (esa zona en la que la pared es agranatada, donde salen a "echar el pitin" los famosillos y colaboradores en los descansos).
Que, por cierto, ya que es la zona por la que pasa el público podían tenerla un poco más chula, o bien pasarnos por un pasillo como el de las fotos de los presentadores... vamos, por algo que sea guapo de ver!!!

Bueno, pues... de nuevo nos hacen formar "cola de dos en dos", para ir entrando al plató. Allí una chica nos iba diciendo donde nos teníamos que sentar. Las sillas son como las de las gradas de los campos de fútbol, es decir, "incómodas en mayúsculas", pero... ¡¡es lo que hay!!

El animador, que en nuestro caso no fue el famoso Pepe por que estaba de vacaciones, nos da las explicaciones para que aplaudamos, dejemos de aplaudir, gritemos o no... cuando corresponde. He de decir, que el chico era muy majo y estaba de buen ver!! ;D

El plató, engaña un poco por la TV. Una vez dentro no es tan grande como parece. Vamos, que el de la TPA no tiene nada que envidiarle...
Y lo más gracioso es ver como los redactores y gente que está en el backstage corre para esconderse cuando ve que la cámara los va a enfocar!!

En cuanto a los colaboradores, los invitados y el presentador. Pues, hay un poco de todo. Los hay majetes que hablan con el público y los hay que entran y salen en los descansos como si en el plató no hubiese nadie, o incluso te los cruzas en un descanso, les saludas y actúan como si no te hubiesen visto y luego a la salida hacen el paripé delante de todo el mundo como que son majísimos "claaaro", pero bueno "tiene que haber de todo en esta vida"!!

Por otro lado, y hablando de paripés, se dedican a criticarse, a gritarse que no se soportan... y en los descansos están de corrillo, y totalmente parece que planeando que improperios echarse a la cara en "el siguiente pase"... (esto lo escribo para todos los que seguís defendiendo que todo lo que sale en la TV, es verdad, en fin....)

Eso si, lo de que "la tele engorda" es verídico. Están todos muchísimo más delgados en persona. Incluso, me atrevería a decir que hay alguno que estaría más guapo con algún "kilin" más...

El programa siguió su trascurso y con este, nuestras espaldas empezaban a resentirse (se oía: "mi.... de silla") y las bocas empezaban a abrirse. Pero no os creáis que sólo el público bostezaba el "Jorge-Javi", lo hizo fino también y con él algún que otro colaborador.

Con el final del programa, todos salen "despavoridos" del plató y nos apagan las luces!!! Eso me pareció fatal!! Está bien. Puedo pensar que esa gente está currando, que tendrán ganas de irse a su casa, pero... yo también sé lo que es trabajar en fin de semana por la noche y alguna que otra armé pero.... nunca le apagué las luces a la gente en ningún centro!! En fin, que ¡¡¡menos mal que ninguna señora acabó mal parada!!!

Y de T5 al hotel (que por cierto, estaba muy bien) a descansar, "los que pudieron". Al día siguiente tocó visita guiada por la ciudad de Madrid: Castellana, Cibeles, Neptuno, Atocha, Puerta de Alcalá, Devot... y después nos dejaron en la Puerta del Sol para hacer unas compras y comer antes de iniciar el viaje de vuelta escuchando greatest hits de Manolo Escobar, "el polvorete", chistes varios.... vamos, que el viaje de partirse de risa!!!

En resumen, puedo decir que ha sido una bonita experiencia, me he divertido, he visto cosas diferentes y he tenido la suerte de hacerlo en buena compañía (quizás esto ha sido lo mejor del viaje!!!) pero... "visto una vez, visto todas", por tanto no creo que vuelva a repetir. Me doy por satisfecha, y sobre todo, por poder opinar con conocimiento de causa de que va el montaje del programa más marujil de T5 así que... ¡¡estoy salvada de acabar enganchada "al Sálvame"!!




miércoles, 18 de agosto de 2010

Buscando lejos lo que tenemos cerca...

Día de fiesta. Ropa deportiva. Mochila al hombro y... ¡¡a caminar!!

Montevil, Viesques, La guía, La Providencia y... a partir de ahí la improvisación nos llevó a adentrarnos en el litoral gijones y llevarnos varias gratas sorpresas.

Senderos, donde se mezclaba un olor a brisa marina y eucalipto.
Acantilados de vértigo, que permitían escuchar el "bramar" de las olas al chocar contra las rocas.
Playas de aguas claras, donde cientos de bañistas se refrescaban, por que lo cierto es que hizo un día espectacular.

Por ello, no pudimos resistir la tentación. Descalzamos los playeros, nos pusimos el traje de baño y nos bañamos en la que a partir de ahora será mi playa favorita de Gijón, al menos...
¡¡hasta que conozca otra que me guste más!!

La playa de la Ñora. Una playa de arena, un poco gruesa para mi gusto, pero bastante limpia, con aguas claras y zona de rocas.

Después del baño en las aguas cantábricas, en las que hay que reconocer que al principio nos costó entrar, tocaba el correspondiente momento de "tostar" en la toalla antes de reiniciar el camino de vuelta a casa.

Esta vez, elegimos todo el paseo del litoral gijones disfrutando de las vistas a la Playa de la Ñora, Playa de Estaño, Playa de Serín, Playa de Peñarubia, el parque de la providencia... y así hasta llegar al rinconín donde nos esperaba nuestra recompensa: un enorme cucurucho de helado.

Agotados, pero satisfechos y planteándonos, algo que se puede aplicar a muchos ámbitos de nuestras vidas: ¿Por qué, muchas veces, buscamos lejos lo que tenemos cerca?


martes, 8 de junio de 2010

¿¿¿¿Por qué no habrá más lobos y menos Caperucitas???

Esta es una historia que siempre que puedo les hago llegar a mis alumnos. Probablemente os suene, pero quizás muchos de vosotros nunca os la habéis planteado de este modo.

"El bosque era mi hogar. Allí vivía y me preocupaba por mantenerlo limpio y cuidado.

Un caluroso día, mientras estaba recogiendo desperdicios que unos campistas habían dejado, escuché unos pasos y pensando en que eran alguno de esos campistas me escondí detrás de un árbol. Entonces, vi que una niña venía por el sendero.

Llevaba una cesta y sospeché de ella por que iba vestida una forma cuanto menos ¡ extravagante! Llevaba una capa roja que le cubría la cabeza, como si no quisiera ser reconocida.

Fue tal la expectación que me causó que no pude resistirme a pararla y preguntarle quién era, de dónde venía y hacia donde se dirigía. Era una niña muy graciosa, e incluso me cantó y bailó una canción a cerca de que iba a casa de su abuelita con una cesta con comida.

Parecía una chica honesta, pero... no se debería permitir que una niña anduviese correteando y cantando sin advertirle las consecuencias que podría tener por ir sola por el bosque, así que la dejé seguir su camino pero me adelante para llegar a casa de su abuela con la intención de darle una lección.

Cuando vi a aquella agradable viejecita le expliqué la situación, y estuvo de acuerdo en que su nieta necesitaba aprender una lección. Accedió a permanecer fuera de la vista, hasta que yo le llamara. De hecho, se escondió debajo de la cama.

Cuando la niña llegó, le invité a entrar en la habitación, en la que yo estaba en la cama, vestido como su abuela. La niña se acercó, y dijo algo desagradable sobre mis grandes orejas. Me habían insultado antes, así que le dije que mis grandes orejas me ayudaban a oír mejor.

En realidad a mí me gustaba la niña y quería que prestase más atención a lo que decía. Pero hizo otro comentario insultante acerca de mis ojos saltones. ¿¡¡¿¿'Os podéis imaginar qué pensé acerca de esta niña?!? A mi que me había parecido tan agradable y estaba descubriendo que no lo era tanto...A pesar de todo, tengo la costumbre de poner la otra mejilla, y le dije que mis ojos me ayudaban a ver mejor.

Pero, su siguiente insulto me llegó al alma. Tengo el problema de tener los dientes grandes, y la pequeña niña, hizo un mal comentario sobre ellos. Sé que debería haberme controlado, pero me levanté, salté de la cama, y le grité que eran ¡¡¡para comerle mejor!!!

Seamos serios, ningún lobo se comería nunca a una niña, todo el mundo sabe eso, pero aquella niña loca, empezó a correr por la casa gritando, mientras yo la perseguía para calmarle. Me quite las ropas de la abuela, pero sólo conseguí empeorar la situación. De repente se abrió la puerta, y apareció un gran leñador con un hacha enorme. Le miré y me di cuenta de que estaba en un lío. Había una ventana abierta detrás de mí, y me fui.

Me gustaría decir, que todo terminó ahí. Pero la abuela nunca contó mi versión de la historia y en poco tiempo se corrió la voz de que yo era un tipo desagradable. Todo el mundo empezó a evitarme. Perdí a todos mis amigos. Me quedé solo.

No supe nada más de aquella niña con la caperuza roja, pero yo ya no viví feliz nunca más."

¿Por qué no nos ponemos en el lugar del otro? ¿Por qué juzgamos por las apariencias? ¿Por qué no reconocemos nuestros errores? ¿Por qué callamos ante las injusticias?

¿¿¿¿Por qué no habrá más lobos y menos Caperucitas???

sábado, 6 de febrero de 2010

El ratón y la granja


“Un ratón, mirando por un agujero de la pared vió al granjero y a sus esposa abriendo un paquete. Pensó: ¿qué comida puede haber ahí?.

Quedo horrorizado cuando descubrió que era una trampa para ratones. Fue corriendo al patio de la granja, congregó a todos los animales y les gritó: “HAY UNA RATONERA EN LA CASA, UNA RATONERA EN LA CASA!”


La gallina que estaba cacareando y escarbando, levantó la cabeza y dijo:
“Disculpe, señor ratón, yo entiendo que es un gran problema para usted, más a mí no me perjudica en nada, conmigo no va”.

El ratón se llegó hasta el cordero un poco teniente de oído, y le dice: “¡Hay una ratonera en la casa, una ratonera en la casa!”.


La respuesta alentadora del cordero fue :”Disculpe, señor ratón, no hay nada que yo pueda hacer, solamente rezar por usted. Quédese tranquilo que será recordado en todas mis oraciones”.

El ratón se dirigió entonces a la vaca con la misma prédica y la vaca le dijo:
“¿Pero, acaso estoy yo en peligro?. Pienso que no”.

Entonces el ratón volvió a la casa, preocupado y abatido por cómo encarar la circunstancia de la ratonera del granjero. ¡Imposible conciliar el sueño!.

En lo más negro de la intranquilidad de aquella noche se oyó un gran barullo, cómo el de una ratonera atrapando a su víctima.

La mujer del granjero corrió para ver lo que había atrapado. En la oscuridad, ella no vió que la ratonera había atrapado la cola de una serpiente venenosa.
La serpiente picó a la mujer. El granjero la llevó inmediatamente al hospital. Unos días después ella volvió con fiebre.

Todo el mundo sabe que para alimentar a alguien con fiebre, nada mejor que una sopa. El granjero agarró el cuchillo y fue a buscar el principal ingrediente: la gallina.


Cómo la enfermedad de la mujer continuaba, los amigos y vecinos fueron a visitarla. Para darles de comer, el granjero mató el cordero.


La mujer no mejoró y acabó muriendo. El granjero entonces, sacrificó la vaca en el matadero para cubrir los gastos del funeral.

Quizá cuando escuchemos que alguien tiene un problema y creamos que, como no es nuestro, no le debemos prestar atención, tendríamos que pensarlo dos veces.

Y ES QUE EL MUNDO ANDA MAL,… ¿POR LA MALDAD DE "LOS MALOS" O, POR LA APATÍA DE "LOS BUENOS"...?

jueves, 7 de enero de 2010

2010 de pelotas de golf

Un profesor que quiso sorprender a sus alumnos, llevó un día al aula un gran tarro de cristal. Una vez allí y sin mediar palabra, sacó pelotas de golf y las introdujo en el tarro y preguntó a sus alumnos: ¿está lleno? Y sus alumnos respondieron que si. Entonces el profesor cogió un saco de canicas y las introdujo en el tarro. Las canicas fueron ocupando los espacios vacíos que quedaban entre las pelotas de golf.


El profesor vuelve a preguntar: ¿y ahora?, ¿está lleno? Y sus alumnos volvieron a responder que si. Entonces el profesor saca arena y la vierte en el tarro colándose esta entre las canicas y las pelotas de golf.


Los alumnos, aún seguían sin entender demasiado pero ante la pregunta del profesor de si estaba lleno el tarro ellos seguían respondiendo que si, entonces el profesor coge dos tazas de café y las vierte en el tarro colándose el café entre la arena, las canicas y las pelotas.


El profesor les dice que ese tarro es como la vida misma.

Las pelotas de golf son las cosas importantes, la familia, los hijos, la salud… todo lo que te apasiona. Son cosas, que aún si todo lo demás lo perdiéramos y solo éstas quedaran, nuestras vidas aún estarían llenas.

Las canicas son: las otras cosas que importan, como: el trabajo, la casa, el coche…

La arena es todo lo demás, las pequeñas cosas.


El profesor pregunta a sus alumnos qué han aprendido y uno de ellos contesta: “Que no importa lo llena que esté tu agenda, si lo intentas, siempre puedes hacer que quepan más cosas”


¡No!, concluyó el profesor:” lo que esta lección nos enseña es que si ponemos la arena en el frasco primero, no habría espacio para las canicas ni para las pelotas de golf. Lo mismo ocurre con la vida'.


Si gastamos todo nuestro tiempo y energía en las cosas pequeñas, no podremos dedicarlo a las cosas realmente importantes. Por ello debemos prestar atención a las cosas que son cruciales para nuestra felicidad: Jugar con tus hijos, tomarte tiempo para asistir al doctor, ir con tu pareja a cenar, practicar tu deporte o afición favorita.


Ocúpate de las pelotas de golf primero, de las cosas que realmente importan. Establece tus prioridades, el resto es solo arena.

Entonces, uno de los alumnos, pregunta al profesor qué representaba el café. Y el profesor responde al alumno: “No representa nada. Solo era para demostraros que, no importa lo ocupada que pueda parecer tu vida, siempre hay lugar para un par de tazas de café con un buen amigo!”


En 2010, ¡¡intentaré mejorar mi swing!!